Madonna es la cantante más influyente de la historia, el motivo de la viralización del pop a través de los medios convencionales, mucho antes de la llegada de las redes sociales. En una reciente imagen de Instagram, la reina del pop recuerda cómo llegó a Nueva York en los 80: sin YouTube, sin Vine, sin American Idol o Disney, únicamente con 35 dólares en su bolsillo y la ilusión de convertirse en una estrella. Madonna cambió el significado de lo que significaba ser una estrella del pop, y ha sido comparada con un fenómeno como el arte posmoderno, un evento que ocurrió una vez en la historia, y puede que nunca vuelva a pasar.
El legado de la material girl en la música, viene acompañado del significado que tuvo su imagen y voz pública ante la revolución de las mujeres en la industria de la música. Considerada como un icono, Madonna abrió con su carrera una conversación libre acerca del sexo, la sensualidad y la libertad de expresión; permitiendo a las mujeres dentro y fuera de la música, ser irreverentes ante un sistema que buscaba encasillarlas. Tal como una corriente artística, o un movimiento social, Madame X provocó a la iglesia y a los conservadores, se enfrentó a los gobiernos censuradores y opresores, e hizo inevitable para el público tomar lecciones de la ocupación femenina en la industria del entretenimiento.